22 octubre 2006

Acción y gracia divina (o ya era hora de que dejara de fumar)

La llegada de la primavera muchas veces trae sorpresas. Esta será una de ellas para mí donde por acción y gracia divina, dejaré de fumar. Si, leyeron bien, dejaré de fumar. Al parecer las políticas gubernamentales me han hecho blanco fácil para desincentivar mi consumo del tabaco. Sin embargo, eso no ha sido
lo único puesto que, como hablaba antes de la acción y gracia divina, tuve una revelación un día x en el cual no puedo sacar de mi cabeza, donde ví a una pareja muy viciosa por el cigarro. Ello implicó que, al ver solemente su manera desesperada de abrir una cajetilla; sus ansias, deseos y angustias por fumar (omitiendo de que además eran cigarros baratos, y lo barato sale caro), me repugnaran. Luego, muy primitivamente estas personas iban a tomar la micro, y para ello, y no desperdiciar el cigarro, casi extinto, lo apagaron y se lo guardaron, en un acto mas que troglodita, enfermizo. Comprenderán que no es bonito imaginarlo, menos verlo. Por lo tanto, de acuerdo a estas y otras variables que no no entraré en detalles ahora, he decidido dejar el cigarro. Para ello, dos cláusulas:

  1. El día Sábado 21 de Octubre fue la compra de mi última cajetilla.
  2. Desde las 0:01 am del día Miércoles 1 de Noviembre, se cumple el plazo para que deje de fumar definitivamente. Esto quiere decir, que de ese día en adelante, ya no fumo.

Es una decisión definitiva y espero que todos me apoyen. Todo sea por el bien mio, de ustedes y de todo el mundo... Mmmm, no sé si tanto, pero si el bien mio y de todos.

Como no puede faltar el factor económico, brevemente respecto del tema, es de esperar que en poco tiempo mas, las tabacaleras decidan bajar los precios de los cigarrillos (para quienes les importe). Ante la disminución sustancial y levemente en receso de la demanda.